Una reflexión obligada

Quisiera comentar humildemente, -sea que algunos lo crean o no- algunas situaciones que nos puedan aportar luz sobre las opiniones que planteamos en foros como este.

Es necesario que comprendamos que cada hermano cristiano, de La Luz del Mundo (LDM) o de otra iglesia cristiana (porque las hay) tiene sus razones para expresarse de la forma que se expresa. Puede quizá no ser la forma evangélica o respetuosa que algunos quisiéramos, pero también tiene mucho que ver con la manera de cómo vemos cada uno el evangelio. De igual forma tienen que ver las situaciones particulares que hemos vivido dentro de LDM.

Comprendiéndonos entre nosotros

Es decir, por ejemplo, en mi caso específico no fueron vejaciones que haya sufrido dentro de la misma (que las hay también), las que me movieran a retirarme.

Probablemente por eso mis comentarios son sin afán de insultar a nadie (aunque se sientan así), mucho menos a los que son sinceros y que aún siguen perseverando sin saber la realidad que significa su iglesia, lo que no significa que no entienda la postura de algunos. Por ejemplo, si alguna de mis hijas hubiera participado en alguna fiesta de orden sexual en la “casa real”, seguramente, y razonablemente molesto, mis palabras no serían las mismas. Algo totalmente comprensible.

Si algunos de los míos hubiera sufrido acciones de los pastores en su contra como algunos acostumbran, o si alguno de mis hijos pequeños hubiera sido abusado sexualmente por algún ministro de LDM, (porque también los hay) no creo que fuera tan amable al expresarme de ellos. ¿Hacen mal? ¿hacen bien?, es muy fácil decir “hacen mal”, o “hacen bien”, pero jamás entenderíamos ciertas situaciones hasta que lo viviéramos.

Sin embargo, la Biblia nos dice que nos sobrellevemos, y también: “cuando un miembro del cuerpo se duele, todos se duelen con él”.

No siento el dolor del que fue abusado, ni el dolor de aquella joven que sinceramente e infantilmente fue conducida a llevar a cabo un acto sexual persuadida por motivos religiosos. Por supuesto que me indigno y me molesto, pero no seré capaz de sentirlo como el que lo vivió en carne propia. Lo que sí se, es cómo se siente desengañarse de una religión como la que tuvimos y la tristeza y el dolor que se sufre cuando por más que quiera uno cerrar los ojos, las pruebas nos demuestran que el “Siervo de Dios” en quien creí, no solo es un hombre más en la tierra, sino todo lo contrario a lo que se dice ser.

Lo mismo sucede con el desencanto acerca de la iglesia que creí única y verdadera. Todo ello significa dolor, mucho dolor y debemos comprendernos y sobrellevarnos como un cuerpo que somos en Cristo Jesús, sea que estés en una denominación o en otra.

Algunos pueden expresarse duramente, lo que no significa que no tengan amor por las almas. Seguro sí sienten amor, pero en este momento sienten más rencor y odio quizá, lo cual pudiera apocar el amor de Dios que hay en sus corazones, actuando equivocadamente por dejar que el sol se ponga sobre su enojo. Mal hecho como cristianos, pero comprensible como humanos. Y no es de extrañarse; la verdad es que dentro de LDM si algo falta -aparte de muchas cosas- es la verdadera enseñanza y práctica de las virtudes que hacen que el ser logre un eficaz AUTODOMINIO.

¿Quién puede exigirles a los alumnos lo que no se les enseña? o ¿lo que se enseña pero no se practica?

Tan desunidos como antes pero no tan equivocados

Pareciera que los que ya no participamos asistiendo, o asistiendo pero no creyendo, estuviéramos desunidos. Y lo estamos de alguna forma, pero no más que la mayoría los que están dentro de LDM. Porque analizando la situación en que se vive dentro de ella, puede uno percatarse de que son solo ciertas fig

uras simbólicas las que mantienen la unión sicológica, nada evangélica. La mayoría de los miembros poseen cada uno su forma distinta de ver y hacer las cosas según se los permite el evangelio que han recibido.

Sectores de fe en LDM

Aquí me gustaría dejar en claro otros puntos de vital importancia para nuestros comentarios, aunque cada quien lo puede ver como desee. Cuando algunos dicen, o decimos por ejemplo que LDM busca su lugar en el mundo, o que busca la honra y la gloria del mismo, cuando comentamos que LDM hace tratos con los partidos políticos, que se practican actos de nepotismo o vandalismo, cuando decimos que hay fraudes económicos y cosas negativas y otras por el estilo, es claro que no nos referimos a la iglesia en su 100%, sino a la POLITICA OFICIAL, originada por supuesto, en el líder de ella (la misma reconoce que no se da un paso sin que el “apóstol” lo ordene o de su aprobación), llevada a cabo por las jerarquías y algunos sectores completamente convencidos de seguir a pie juntillas -según sus conveniencias también- los deseos del “ungido del Señor”.

Los sinceros

Es aquí donde estaría bien que todos los que comentamos, -y solo es una opinión- definamos esos sectores a los que nos referimos que existen dentro de la iglesia, para que algunos no se sientan ofendidos y para que sea más correcto el mensaje, logrando su eficaz cometido .

En LDM hay hermanos sinceros, de escasos recursos, de poca cultura, o también sinceros con cierto nivel académico y de nivel social, que son respetuosos. Ellos no conocen la realidad sobre la iglesia a la que asisten, porque el sistema religioso se ha encargado de pintarles una realidad, que se llega a creer por muchas razones, cuando se posee una fe limpia y sincera. Ellos no tienen culpa, como no la tienen los que son sinceros en el catolicismo, el mormonismo o alguna otra confesión con características semejantes.

Aveces los sinceros se portan agresivos y burlones, pero no tienen la culpa como ya lo dijimos anteriormente. No son los discípulos sino los maestros los culpables de tan deplorable formación cristiana. Esto sucede porque están más enfocados en justificar la adoración a un hombre, que en la ministración de la sana doctrina, que sirva para lograr formar en ellos una verdadera relación personal con Dios, que a su vez los lleve a obtener su salvación.

A los sinceros les debemos respeto social; pero tampoco esto significa que se deba dejar de decir la verdad por no herir sus sentimientos. La verdad debe anunciarse, pese aun a la suceptibilidad de quien sea, pues es una obligación cristiana y una acción del amor para las almas.

Los que adoran al “apóstol”, capaces de todo por ese amor

En LDM hay otro sector. Aquellos que adoran o idolatran al hermano Samuel. Son exagerados, burlones y llevan por lo general una vida nada cristiana. Tienen un lenguaje soez pero al mismo tiempo se sienten orgullos y únicos por “creer” en el “Siervo del Señor”. Son capaces desde agredirte verbalmente, hasta golpearte y desearte toda clase de mal si llegan a sospechar siquiera que no crees en su ídolo.

Imagina si llegan a saber que has hablado en su contra. La mayoría no conoce de Biblia, pero ni les hace falta, porque la “obra perfecta” está en su corazón y con eso es más que suficiente.

Los que visitan estas páginas son en su mayoría de este tipo de “cristianos”. Justifican sus acciones con algunos versos bíblicos mal interpretados (tan típico en LDM). “Yo no seré santo, pero que no se metan con el hermano Samuelito, porque si les doy en su !#%$·”·$%$).

Los que creen sin ser agresivos ni burlones, pero que no practican el cristianismo

Un sector más en LDM son los que creen en el “apóstol de Dios”, aunque no son burlones, no conocen su doctrina, asisten continuamente a la “oración”, pero llevan un vida igual, nada cristiana. Casados que adulteran, solteros que fornican, jóvenes y adultos alcohólicos, algunos homosexuales y cosas por el estilo. A quien la iglesia no corta de comunión, desde que la política de la misma dejó de buscar santidad, para conservar las cifras en las listas de asistencia.

Tienen un lenguaje mundano, bailan, van a los centros de vicio, visten como el mundo. Pero no importa, porque sobre todo, y a pesar de todo, aman y reconocen al que “Dios ha enviado” para su salvación.

En LDM creer no significa necesariamente obedecer los mandamientos de Dios como realidad.

Es solo una frase bonita a la hora de la “explicación”, y en esto no me refiero a sectores, es una situación general. Al fin, “por mis pecados siempre estará el hermano Samuel el bondadoso, el misericordioso y amoroso”.

¿Quién que sea consiente de sus pecados e ignorante de las verdades cristianas podría despreciar tan “generoso” regalo divino?

Una cosa es cierta, la buena fe, el acto de sinceridad en la búsqueda de Dios no garantiza la salvación. ¿Serán salvos los que adoran a la Virgen de Guadalupe? ¿Hallarán la corona de la vida los que matan en nombre de Mahoma y de Alá por el hecho de ser sinceros? ¿No puso Dios antes que leyes en tablas, una conciencia en el alma?.

¿Corregirá Dios esta iglesia

Los que creen que se puede corregir.

Aquí es donde tomamos el tema de otro sector que considera que se pueden corregir la cosas dentro de LDM. Aunque después de tantos debates y discusiones nos ha quedo claro que  que LDM no es una iglesia “verdadera”. Lo cual nos conduce a la conclusión de que intentar corregir las cosas dentro de ella es una situación que le correspondería a Dios en caso de que El así lo deseara.

Quien tiene un acercamiento a las Escrituras, podrá darse cuenta de  las confesiones religiosas que  usurpan el Nombre de Cristo como LDM tienen un lugar en los planes que Dios tiene para estos tiempos. Y también,  que corregir  situaciones como las que genera dentro y fuera de ella las doctrinas de LDM requieren un QUERER Y UN PODER mucho más grande que el que pudiéramos generar hasta cientos o miles de miembros o ex miembros de esta Institución religiosa.

Porque no está en nuestras manos corregir ciertas situaciones que son parte de las cosas que caracterizan los últimos tiempos. Entre ellas, los falsos cristos y los falsos profetas.

Ya dejamos atrás el sector sincero de la iglesia. Ahora estamos hablando del sector que entiende varios aspectos erróneos porque que creen que es posible corregirla; “el Siervo de Dios se ha desviado como Salomón, pero Dios va a corregir Su Iglesia”. Este es un sector que entiende el grado de corrupción de todo tipo al que ha llegado en las últimas décadas con el actual liderazgo.

Después de estudiar un poco a conciencia con a ayuda de Dios las Escrituras, podemos entender el porqué de las sectas en estos tiempos. Y concluimos que es seguro que Dios tiene tanto interés en corregir LDM como el Mormonismo y el Catolicismo.

Digamos la verdad para ayudar. El uso correcto de la verdad se inspira en el amor

Algo que es totalmente es posible que estemos olvidando,  es que NO debemos decir la VERDAD de las cosas de Dios solo por destruir la fe y la esperanza de los que leen estos comentarios, (aunque esa fe no sea de Dios y esa esperanza esté basada en la adoración de un hombre del tipo que sea).

Eso nos pondría a la altura de los que dicen a Dios sin conocerlo, de aquellos que dejamos por esas mismas razones. Hay que usar la sabiduría para ello.

Aquí más bien, nuestra obligación es decir la verdad como es. Aquella verdad bien fundamentada en la Palabra de Dios que hiere pero que ama, y que causa libertad, como dice la Escritura, “fieles son las heridas del que ama”.

Si vamos a opinar, hagámoslo con sabiduría y con la oración de por medio. Con la finalidad de hacer bien, para que junto con la verdad vaya también el justo consejo para corregir, para salir de la mentira, para dejar de practicar aquellas cosas que no agradan a Dios.

Hay que otorgar las pautas -absolutamente bíblicas- para construir una nueva esperanza de salvación a las almas.

Ahora pensemos: ¿Es el mismo Cristo el que permite la adoración a un hombre y que justifica todos sus actos, que el Cristo que permite la adoración a un trapo en el Tepeyac?
¿Es el mismo Cristo el que enseña al mormonismo que Dios es de carne y hueso, que vive con sus esposas en un planeta lejano, al Cristo que nos revela la Biblia? ¡POR SUPUESTO QUE NO!

Ya hemos dejado atrás el comentario sobre los sinceros. La sinceridad no hace que las prácticas litúrgicas sean aprobadas por Dios per se.

No hacen los sinceros a Cristo. CRISTO HACE A LOS SINCEROS y los SALVA. No es el creyente con su sinceridad quien da forma a JESUCRISTO y a sus mandamientos. Es JESUCRISTO quien da forma a sus creyentes, mediante la fe que enciende en sus corazones, el amor que se genera en cada uno de ellos como correspondencia al amor de él y por la práctica sincera de SUS mandamientos.

¿No somos solo barro en manos del alfarero?

El Dios y Cristo de LDM no es el Bíblico. Es un Dios, un Mesías diferente. Han sido formados, definidos y creados como en un restaurante: “al gusto del cliente”, “al cliente lo que pida”. Deidades modificadas para la conveniencia de una doctrina nada divina, nada cristiana llamada ELECCIÓN. Ella es el origen de todo. Ella es quien ha dado razones en LDM para todo lo que se hace.

Es posible que nos asalten los comentarios melancólicos y nostálgicos:

¡Cuánto diera para que todo esto fuera verdad! Durante años LDM extirpó nuestras glándulas gustativas espirituales, para que nada espiritual fuera de ella, en el futuro pudiéramos de gustar.

¿Que LDM cambió el rumbo cristiano que tenía cuando el hermano Aarón? ¿Apostató entonces a partir de cierto tiempo la iglesia verdadera? De ninguna manera. LDM no es, ni fue, ni será la iglesia Primitiva Restaurada aunque se oiga bonito. Ya lo hemos comentado de varias formas y aclarado de muchas maneras.

Es muy difícil dejar LDM, sobre todo cuando se cree que “era demasiado hermoso para ser verdad” ¡que si lo sabremos muchos!.

Pero… ¿Cuáles eran las pautas que nos fueron enseñadas para diferenciar lo “verdaderamente hermoso”, de lo cristianamente aceptable? o ¿cuáles fueron las pautas BÍBLICAS que aprendimos para diferenciar lo falso de lo veraz? ¿lo de Dios y lo de Satanás?.

¡Veíamos con los ojos de los ministros! Nuestra óptica no era cristiana, es otra cosa, menos cristiana. ¿Acaso era hermoso porque llorábamos? ¿porque se sentaban separados los hermanos? ¿porque vestían “honestas” las hermanas? (cada vez menos por cierto) ¿porque se “sentía bonito” en el corazón? Eso puede ser hermoso, pero no lo hermoso es sinónimo de bien visto por Dios.

Si lo hermoso, lo bonito o el “orden”, hacía a LDM iglesia verdadera, hay muchas sectas, e industrias comerciales, o compañías de discos que pudieran ser fácilmente “iglesias verdaderas”.

Cierto hermano que salió de LDM comentó: “Cuando comprendí que todo lo bonito de LDM, era un hábil DISFRAZ que formaba una CORTINA DE HUMO para disimular acciones viles y para no percibiera todo lo falso e idolatría en que que íbamos cayendo, entonces no pude seguir”.

¿Y a dónde vamos?

Ya lo hemos dicho varias veces y lo vuelvo a decir esta vez:
Querido hermano, que sigues dentro pero que sabes que es cierto lo que decimos. Sea que lo digamos con justo celo, que lo digamos con ternura o que lo digan con cierta simplicidad.

Cualquier lugar, ¡créelo! cualquier iglesia o congregación con templos humildes o grandes, que se sienten separados hombres de mujeres o no, que vistan vestido largo o no, que tengan coros desafinados o que canten de manera celestial, donde SÓLO adoran a Dios para serle agradable y oír sólamente Su Palabra aunque sea solamente leída; SERÁ MEJOR, MIL VECES MEJOR que el templo más GRANDIOSO DE LATINOAMERICA donde en lugar de CRISTO, se adora a un hombre. Con todo lo que esto significa.

¡Así que no te desalientes! Toma tu Biblia, léela. Deja atrás esas creencias fijadas, talladas, labradas en tu alma por el extraño evangelio LDM. Piensa como Cristo, vive como Cristo, pide Su ayuda y sal a buscar un lugar cristiano y serña cristo quien en valle de sombra y de muerte estará contigo, y quien te ha de llevar a pastos delicados para que descances.

¿Que importa si no hay banderas de países “conquistados”? ¿y qué si no hallas tanta solemnidad ficticia en alguna congregación cristiana? ¿Dónde dice en las Escrituras que debe ser así ?

Durante años pasamos a segundo plano las Escrituras en nuestra conciencia sin darnos cuenta, por sentir “bonito”, es hora de que le hagamos caso a la Palabra de Dios y busquemos lo veraz sobre lo superfluo. La verdad sobre el sentimiento y la manipulación.

Y Dios, en su gran amor, (porque para esto nos abrió los ojos) recibirá nuestras peticiones, y como a un niño, nos mirará y nos llevará de la mano.

Dios nos bendiga hoy mas que nunca, a todos.

Martín Lutero