Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir
y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido…
Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar,
y revestirse de la nueva naturaleza… basada en la verdad.
Efesios 4:22-24
Por Moisés De la Fuente
Después de sufrir el desprecio de la familia al confesar que ya no creemos, algunos; o después de haber salido en silencio sin decir nada, otros, por fin hemos salido de La Luz del Mundo. Todos nos alegramos por dejar al fin de ser esclavos de la fe de los Joaquín, con todo lo que eso significa: asistir al templo con regularidad, la adoración a Naasón, la forma de vestir, dejar de soportar los engaños, las mentiras que se respeten sin cesar y libres de todas las ofrendas que se deben dar continuamente. ¡Al fin, como libres!
Después, comenzamos a hacer nuestras vidas sin esas ataduras y compromisos. La mayoría enemos un sincero deseo, ayudar a otros para que puedan también ser libres de la manipulación de la secta y sea libres como nosotros. Sin embargo, surge una pregunta que debemos analizar, ¿de verdad somos libres del inmenso poder de la secta?
La personalidad sectaria
Fuera de la Iglesia, sea en canales, o en las demás redes, o inclusive con sus familias y amigos algunos exlldm hablan con odio, quisieran ver extinguida a la secta, acabados a sus líderes, encarcelados a los ministros y a sus fieles cómplices. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué actuamos así? ¿No se supone que salimos de una secta que nos enseñaba a hacer así y por razones como esa la abandonamos?
No fue así. No del todo.
Salimos de la SECTA, pero la SECTA sigue en nosotros.
Con cierta tristeza debemos reconocer que algunos exlldm que trabajamos en informar a la iglesia y a los que están interesados en ella, hemos cometido errores de este tipo, o seguimos cometiéndolos. Algunos son tajantes en sus opiniones sin permitir que haya una opinión diferente a la suya: “es así, y punto”. Otros, en cierto momento deciden criticar a lo que otros canales expresan y luego, el del canal aludido, responde a lo que considera una agresión o crítica destructiva con la misma intensidad, y así, ambos comienzan una guerra sin cuartel donde ambos quieren tener la razón y ninguno se dejará del otro.
Te voy a invitar a mirarte al espejo. Entra a alguna red y mira cómo se comportan los naasonitas que defienden a su hombre-dios. Lee cómo se burlan, cómo se expresan, estudia qué les identifica, mira cómo contestan y el tipo de palabras que usan. Igual, observa y analiza sus estrategias: todo lo responderán, se quieren imponer con sus respuestas, para ellos no hay gris, todo es blanco y negro (tú eres el negro, claro). Observa, la burla es parte de cada frase que te envían.
Todos los naasonitas tienen la verdad, tú no. Todos tienen las respuestas y tú no tienes nada, ellos te ganarán y tú perderás solo porque sí, solo porque no aceptas que debes hacer lo que ellos quieren para estar del lado correcto. Si no lo aceptas, te odiarán y querrán verte sufrir calamidades y si es posible, en su odio justificado, querrán verte muerto (aunque suene bastante increíble).
Si todo lo que acabamos de mencionar es el espejo, pregúntate: ¿qué veo en ellos que hay en mí?
Hermanos, amigos, debemos aceptar que dejar de asistir a la SECTA es fácil en relación a lo que vamos a comentar: SACAR a la secta de uno, es lo verdaderamente difícil.
Hagamos un ejercicio para saber si la secta ha salido de nosotros, leamos y tachemos aquella característica de la forma de pensar sectaria que aún tenemos:
- Me gusta burlarme de las creencias naasonitas cuando hablo con ellos.
- Pienso que los exlldm no deberían hablar de la Biblia para convencer a los luzmundanos, deberían usar únicamente la lógica y el razonamiento.
- Los fanáticos de LLDM deberían pensar como yo. Yo sí razono, ellos no.
- Solo yo hice bien como decidí salir, así deberían hacer todos.
- Todos los cómplices de Naasón son culpables, todos deberían estar en prisión.
- Todos los naasonitas son una bola de ignorantes y estúpidos. Yo no. Yo soy inteligente y ellos deberían ser como yo.
- Dios no existe, ni los LLDM ni los ex deberían gastar su tiempo en hablar de Dios. La religión solo embrutece, qué pérdida de tiempo hablar de Dios con un joaquinita.
- Si un naasonita se burla de mí, me burlaré. Si uno me dirige palabras altisonantes, le responderé en el mismo tenor. ¡No me dejaré!
- Si mi familia me odia por negar su fe, no importa, yo también los odiaré. No me hacen falta, no los necesito, que se queden con su apóstol y con su maldita fe.
No soy psicólogo, pero, si de las 9 premisas enunciadas consideras que 5 expresan cómo piensas, quizá sea momento de reconocer qué aspectos de personalidad seguimos arrastrando de la secta y no nos habíamos dado cuenta, porque, de alguna forma, seguimos esclavizados a LLDM.
La SECTA siempre gana
La SECTA nos programó para ser “felices” dentro de sus muros, pero no solo eso, también nos programó para ser desdichados fuera de ellos. Alguien que tiene siempre quiere tener la razón, que no acepta sus errores, que siempre encuentra con qué justificar sus errores culpando a otros, alguien que critica destructivamente y que condena a los que no creen como él, no está precisamente preparado para el éxito en en trabajo en equipo. Mucho menos con los cánones actuales. La personalidad sectaria está diseñada para vivir en un mundo que la acepta, que la enseña y la glorifica, pero no más allá de sus fronteras. Si a eso le sumas que nos programan para fracasar, para que en la mínima duda de que quizá Naasón sea un siervo de Dios hallemos razón de fracaso personal, seguramente fracasaremos toda la vida.
Al abandonar LLDM, la SECTA gana en nuestros fracasos, en nuestra incapacidad de socializar con los “gentiles”, la secta triunfa cuando no podemos integrarnos en una nueva congregación espiritual, la empresa religiosa se ríe de nosotros cuando alguien se suicida y cuando no logras ser feliz en tu matrimonio con un luzmundano. Sí, gana aún mucho tiempo después que dejamos de asistir. ¿Por qué?, porque la secta sigue ahí, oculta en nuestro ser, en nuestra personalidad. Tanta fue la emoción con la que se impregnó en nuestra mente, que tenemos una huella imborrable de ella, misma que, de manera inconsciente sigue afectándonos en todos los aspectos de nuestra vida. Por esa razón es que algunos regresan a LLDM y se reconectan como si no hubieran dejado de ser luzmundanos. La realidad es que NUNCA DEJARON DE SERLO.
Amigos, ¿realmente debe ser así?
No lo creo. Salimos de la secta por una razón, ser felices fuera del engaño. Pero una cosa es cierta, no lo vamos a lograr si no logramos despojarnos de estos aspectos mentales que la secta grabó en nuestra personalidad con nuestro permiso.
¿Qué debemos hacer?
Buscar ayuda. Sea que seas cristiano o no, hay que buscar ayuda. Ayuda espiritual y ayuda profesional psicológica. Sí, hay que orar, hay que apoyarnos en nuestras familias y amigos (que hayan salido con nosotros), y también hay que buscar ayuda con expertos en la materia. Lo más difícil es aceptar que aunque dejamos de asistir seguimos comportándonos de manera sectaria, y no es de extrañarse, cada culto, cada minuto, cada segundo vivido en los cultos luzmundanos la secta tatuaba un gran dibujo en cada centímetro de nuestros cuerpos mentales, casi imposible de borrar.
Pero no salimos de la secta para ser como éramos cuando estábamos en ella. Salimos para ser mejores, para dejar de ser burlones, para no permitir la segregación por ser y pensar diferentes. Salimos porque llegamos a rechazar la mentira, la manipulación. Salimos buscando recibir y dar amor genuino incondicional.
Aunque no sé exactamente qué es lo que viviste, lo qué sufriste dentro de LLDM, o cuál fue tu experiencia, quiero decirte que respeto lo que sientas. Pero, es un deber recordamos a todos que, si guardamos odio y lo justificamos, si justificamos la burla hacia los que dejamos, si exhibimos y segregamos a los que siguen creyendo en Naasón… ¿qué nos hace diferentes a ellos?
…si guardamos odio y lo justificamos, si justificamos la burla hacia los que dejamos, si exhibimos y segregamos a los que siguen creyendo en Naasón… ¿qué nos hace diferentes de ellos?
Salimos de LLDM para ser mejores, para practicar el amor a todos nuestros semejantes, para buscar una paz real, no inducida, real, no ficticia. Salimos para ver por nosotros, por nuestros hijos. Algunos salimos deseando ser cristianos de verdad, comprometidos con todo lo que eso significa sin hipocresías, sin mentiras, sin conveniencias. ¡Debe valer la pena haber salido! Porque, si nos retiramos de ahí para hacer exactamente lo mismo, ¿qué caso tiene haber salido?
Porque, si nos retiramos de ahí para hacer exactamente lo mismo, ¿qué caso tiene haber salido?
Hagamos conciencia después de habernos visto al espejo, pero no dejemos que pase el tiempo porque, con el tiempo, habernos reconocido cómo somos, el por qué y qué hay que cambiar, se olvidará y volveremos a ser exactamente los mismos. Tomemos como enseñanza lo que dijo alguna vez el apóstol Santiago:
Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.
Santiago 1:22-24
Repito, hagamos conciencia de lo que aún tenemos de LLDM. Aunque nos duela, el primer paso es aceptarlo. Después, busquemos ayuda con el pastor de la congregación a la que acudamos, o hablemos con la familia, también es necesario según lo consideres, apoyémonos en un psicólogo que haya tratado asuntos semejantes, no importa si eres creyente o no. Por favor, considéralo y hazlo. No tengas pena, es bastante necesario, en mucho, de la ayuda que recibamos depende felicidad nuestra en esta nueva libertad.
Me despido, deseando sinceramente que estas palabras sean útiles para todos los que hemos dejado de asistir a La Luz del Mundo.
Dios los bendiga.