Los fundamentos de la fe en La Luz del Mundo

¿Tradición, herencia, costumbre, miedo o conveniencia?

HERENCIA

Muchos de los samuelitas, son hijos de conversos a la fe. Sobre todo del catolicismo. Al final el cambio no es gran cosa en su esencia. Desde la infancia son instruídos con poco conocimiento bíblico pero mucha influencia sicológica. Aprenden de memoria frases, son programados a aceptar esta iglesia como única, la existencia de un ser mortal que los enlaza con lo divino, se les repite tantas veces como se les hace que lo expresen. La asistencia a los cultos cotidianos es desagradable para muchos nacidos samuelitas, pero con el tiempo aprenden  a disfrutar los ingredientes nacionalistas con que se sazonan sus reuniones religiosas. Así, cuando crecen ya están inmersos en este mundo que se antoja mágico por sus efectos sobre el alma y la mente.

Muchos se bautizan no tanto por un convencimiento sino como parte del resultado de un proceso de años. Ocho de cada 10 de los bautizados actualmente en la luz del mundo son ¨simiente¨, es decir, no conversos a la fe, sino nacidos en ella Es sorprendente la cantidad de samuelitas que ya con edad suficiente, madurez y cierto criterio, confiesan haberse bautizado sin haber comprendido el compromiso de fe que que el bautismo significa. Mas admirables son aquellos que dentro o fuera son capaces de afirmar que nunca creyeron en la doctrina de la Elección. Las pruebas de perseverar en la religión por costumbre o tradición saltan a la vista. Miembros que sobresalen porque no practican siquiera los principios básicos, que en sus etapas de crecimiento niegan ser parte de la iglesia, o que aceptándola actúan en completa desconformidad con la doctrina samuelita.

Un número significativo que asiste a la Iglesia impulsados por la costumbre de toda una vida, de sentirse ¨parte de¨, porque es una tradición familiar a semejanza de lo que significa en otras religiones ser religiosos de ¨abolengo¨. Identificarse como ¨primeras piedras¨ o por el aumento del ego que se siente al decir ¨mi bisabuelo fue el primero que trajo aquí la doctrina y conoció al hermano Aarón.

COSTUMBRE

Cuando la formación no es genuinamente cristiana.

Una de las características de la Iglesia la Luz del Mundo es que tiene cultos tres veces al día todos los día de la semana. Con la insistencia de que la asistencia continua de los miembros es  garantía de la salvación. La base fundamental de la Santidad como se ve en la doctrina samuelita.

Muchos de los que ahora no son miembros de esta institución conservan los rasgos distintivos de ella. El pelo y vestido largo, la falta de maquillaje y otros. La práctica a través del tiempo se volvió rutina y costumbre. Las celebraciones en agosto, las veladas de fin de año, los cultos matutinos, las dominicales. Todo ello practicado con insistencia, defendido, y predicado da como resultado una tradición dificil de erradicar aún cuando ya no se está convencido.

Otro gran sector de la iglesia acude por costumbre a las reuniones. Practica los rasgos distintivos no por convencimiento sino por tradición. No ven mejor opción que su propia religión y sin percatarse continúan con el ciclo de sus rutinas diarias. Aún aquellos que ya apostataron de la fe. Quienes con el tiempo, a pesar de no creer se acostumbran a que se les exhiba públicamente porque ya no creen como los demás. Los diezmos se dan por costumbre. Se ora en el templo por rutina a pesar de quedarles bien claro que no es el templo el único lugar donde Dios oye las oraciones. Mientras no se halle un mejor camino la costumbre mueve el cuerpo. Sin siquiera pensarlo.

En LDM las costumbres se vuelven tradición y la tradición rito.

CONVENIENCIA

No analizamos esto de afuera hacia adentro, sino más bien de adentro hacia adentro.

Quienes formamos parte importante de este movimiento y estamos inmersos en la política administrativa y en las cúpulas del poder jerárquico de LDM sabemos exactamente como funciona el sistema a diferencia del samuelita promedio. Hay pastores de grado que están conscientes de las tropelías del apóstol, los que esperan que “Samuel muera¨, los que desean el “trono del Siervo de Dios¨, también están los que no lo han “recibido” pero hinchan sus vientres de lo que él les da de comer (aplicable con seguridad en los ministros).

El mismo Samuel Joaquín lo aceptó en uno de sus lamentosos y lamentables discursos en Junio de 2007 cuando declaró que, dada su enfermedad casi mortal, algunos de los ministros que le ayudan, esperaban que pasara a mejor vida para ubicar a alguien de su preferencia al frente de la iglesia.

Los ministros que conocen la falsedad de su apostolado, entre ellos su familia, continúan no por la fe que pudieran tener en él, mas bien por la conveniencia de una asignación económica, el hambre de poder, el estatus social y por el miedo a las represalias.

Eventualmente, esos grandes pastores dejan salir en alguna exposición algún pensamiento fraguado con los años y eso les cuesta represalias. Así mismo entre los miembros, los hay que, sea o no que hayan comprobado la falsedad de la doctrina, de sus prácticas ó del mismo apóstol; de todos modos no reconocen divinidad alguna ni exclusividad celestial en la iglesia.

Con todo, hay adolescentes a quien no queda más remedio que obedecer mientras crecen y alcanzan cierta solvencia económica. Adultos que no creen pero desean conservar su estabilidad matrimonial (que por lo regular solo es aparente), o que siguen unidos por los hijos. Situaciones que a todos en la familia materialmente conviene.

La conveniencia económica, de las relaciones amistosas, familiares, prevalecen sobre una verdadera profesión de fe en un gran sector de la Luz del Mundo.

Situación semejante a la anterior y las mismas pruebas que lo corroboran. Total incongruencia entre el discurso religioso y la práctica. Característica común entre las comunidades samuelitas.

IGNORANCIA

Esta es sin duda la base mas fuerte del Samuelismo.

No es gratuito que sea México la cuna de esta ¨nueva religión de exportación¨. Igual pudo ser cualquier país tercermundista sobre todo latino.

Las condiciones sociales necesarias para una religión como esta solo se dan en regiones  terrestres de condición pobre, de baja tecnología y escasa educación elemental. Difícil de imaginar un Samuel Joaquín prosperar con su religión en alguna ciudad europea o del norte de Estados Unidos. Donde ciertamente LDM tiene adeptos precisamente en donde la presencia latina es más fuerte (no tantos como se quiere hacer creer ni tantos como los que publica).

Mas del 90 % inmigrantes ¨mojados¨ que llegaron al país en condiciones miserables y que después de años de trabajo han alcanzado cierta comodidad económica. Ellos son los celosos propagadores del luzmundanismo.

El samuelita mexicano exportado, mojado o no, lleva bajos sus hombros junto con sus tortillas, sus frijoles y el chile, su religión.

Cuando llegue a donde va, trabajará para su familia como un esclavo pero jamás perderá su identidad, sea como la tenga, como la haya adquirido y como la contemple. Donde viva, donde duerma recreará su entorno dejado atrás. Una cruz en el lecho, su virgencita en la puerta si es católico, su vestido largo, su foto del templo y su apóstol si es samuelita. Antes que cualquier otro asunto e su vida, su llamado a esparcir su religión estará sobre sus propios intereses. El aprendizaje de un nuevo idioma con esa finalidad siempre justificará el sacrificio. Su necesidad de la costumbre de congregarse, de sentirse especial y único en países del primer mundo ante los residentes y naturales.

Su deseo de compartir lo que considera orgullo mexicano le hará comenzar una odisea por hacer del lugar donde vive una extensión del país y de la comunidad religiosa que deja. No lo asiste una formación académica, ni mucho menos bíblica. Solo su propio mexicanismo adaptado a una nueva religión, fundado en una clara ignorancia de las características del verdadero cristianismo.

Prácticamente este es el origen de casi todas las sucursales de esta Iglesia en el mundo.

Empero no hablamos únicamente de una ignorancia pedagógica. Sino de una ignorancia del mundo real, de conocimiento sobre otras religiones.

Hasta en épocas recientes, LDM tiene en sus filas un buen número de profesionistas y estudiantes, que ya adoctrinados pueden acercarse a lo que se dice de la iglesia en los medios sin temor a perder lo que ellos llaman ¨su identidad¨. A pesar de ello, carecen aún de bases realmente significativas para expresar con propiedad las frases que forman parte de su riqueza publicitaria.

A pesar de su preparación académica, dicen ser 5 millones en el mundo pero no tienen el conocimiento necesario para razonarlo. Anuncian ser la única Iglesia, pero la gran mayoría de ellos IGNORA que antes de La Luz del Mundo, ha habido iglesias con las mismas características comprendidas en lo que el estudio de religiones llama RESTAURACIONISMO. De la misma forma, ignora el conocimiento de situaciones de los excesos de nuevos mesías, apóstoles, siervos de Dios, enviados, ungidos; semejantes en muchas religiones existentes alrededor del mundo, con todas las características de sus predicaciones y de sus vidas. Es decir, radicalismo, racismo espiritual, abusos del poder, abusos y denuncias de orden sexual, formas de manipulación, rasgos establecidos de adoctrinamiento y muchas otras características. Cierto es también que ignora otras situaciones. Como la doctrinal

La luz del Mundo se presenta en el supermercado de la fe, como una religión revelada, divina y única; cuando realmente es la version mexicanizada del pentecostalismo que emigró al país a principios del siglo XX.

Se le vende al candidato a miembro como una alternativa novedosa, una verdad restaurada y una certeza de salvación, aunque la oferta de salvación sin el glamour mexicanoide de La Luz del Mundo es predicada y practicada en otras religiones del mismo corte.

El pentecostalismo es la religión de los pobres.Y en ese contexto, el neopentecostalismo samuelita se caracteriza por darle al individuo razón de su paso por el mundo terreno, pero más importante aún, le da razones de en apariencia cristianas, para justificar el reclamo del materialismo que le proporcione también dignidad humana y social.

Las grandes masas de la Luz del Mundo ignoran las pruebas que existen sobre los los hechos de denuncia contra el hermano Samuel. Sobre todo las generaciones actuales. De la misma forma que ignoran los casos y pruebas que hay de los actos réprobos que comenten sus ministros. Aunque un  buen número de los que llegan a conocer estas pruebas, luego de suprado el shock de ese momento se reprograman, vuelven a perseverar y se obligan a creer de nuevo y a afirmarse aún más en aquello que peligraba con perderse. Su permanencia ya no es por convicción ó ignorancia, mas bien es por costumbre, por miedo o simplemente por ignorancia.

No ignorar todas estas sitaciones, este mosaico de conocimientos, provee al individuo las herramientas necesarias para discernir y decidir si se hace miembro de la Iglesia, se sale de ella o permanece en sus filas a pesar de ello.

MIEDO

No menos importante que los temas anteriores es el miedo. Otro gran porcentaje de la feligresía samuelita persevera por los miedos ocultos inculcados desde la infancia o en su defecto desde que se comienza a formar parte de ella. Este tipo de adoctrinamiento está encaminado a infundir miedos en los miembros para que no se atrevan a pensar siquiera en la posibilidad de abandonar la iglesia. Si te vas ¨nunca serás feliz”, “Dios te castigará en tus hijos”, “sufrirás hambre”, “perderás tu alma y se irá al infierno”, “tu vida jamás será igual”, “irás con los puercos a comer algarrobas” etc.

Sumémosle ahora, la practica inquisitoria contra aquellos que expresan su incredulidad. Ya no se diga si deciden cambiar de religión. Muchos miembros de La Luz del Mundo cambiarían de religión con relativa acilidad si no tuvieran tanto temor de perder sus familias, sus padres y amigos. A esto agreguémosle que los ministros de la Luz del Mundo por lo general justifican el odio y las separaciones entre cónyuges por la apostasía de uno. Igual sucede con la excomunión  de los hijos que no comulgan con la fe o con los padres que no perseveran de acuerdo a las normas samuelitas.

CONVICCIÓN

Muchos samuelitas alegan en estos medios por ejemplo la profunda convicción que justifica su perseverancia en La Luz del Mundo.

Sin embargo, la supuesta convicción de un gran porcentaje de los samuelitas enfrenta un serio problema cuando se confronta con las bases fundamentales del cristianismo, que determina sin ambages que la CONVICCION es PRÁCTICA.

Creer es hacer. Y en esta iglesia la no-corresponsabilidad de lo que dicta su predicación con la práctica en la vida real. No hace falta andar en la cúpula de poder samuelita para percatarse de ello. Precisamente esta característica es producto de la misma incongruencia en la vida de los predicadores, los maestros del supuesto cristianismo.

En la mayoría de los samuelitas que perseveran por una u otra razón la característica es la misma, no practican lo que predican. A pesar de que exigen que se les reconozca que están convencidos.

El adulterio es una situación común y grave en la iglesia. La fornicación es ampliamente practicada entre la juventud desde temprana edad. El lenguaje soez es parte del léxico diario de los samuelitas desde los más chicos hasta los más grandes. La homosexualidad y otras desviaciones sexuales son prácticas poco limitadas y denunciadas. Hasta el nivel de aceptarse, practicarse y solaparse en los altos niveles del poder en la congregación.

A no ser por los centímetros más de falda en las mujeres, en un gran porcentaje, no es posible distinguir en cualquier espacio público un samuelita de uno que no lo es. Eso no es convicción. Por lo menos no una convicción CRISTIANA.

La esencia y origen apócrifo de la religión es la causa de la ausencia de un verdadero convertimiento en los miembros de esta forma de fe.

Entendiendo la convicción desde un punto de vista samuelita, la situación cambia. Y entonces podemos entender la postura de los que afirman estar convencidos. La doctrina predicada, las bases bíblicas que se les expusieron, las razones y el sentimentalismo llegan a ser la base de la convicción en los fieles de la Iglesia. Disuadidos y persuadidos deciden profesar entonces la religión.

Con todo. No podemos englobar a todos los miembros de esta singular doctrina bajo las mismas razones anteriormente comentadas bajo los mismos parámetros.

Debemos aceptar y reconocer que hay muchos miembros conformados en un pequeño sector, que practican esta fe con genuina sinceridad y cristiano esfuerzo en sus vidas.

Convencidos y transformados. Su número no alcanza a hacerlos visibles desde la perspectiva desde donde hablamos. Son relativamente pocos en relación a los otros grandes sectores. Sector casi invisible pero no por ello no importante, por lo menos para Dios.

Cristianos de verdad genuinos como los hay en otras iglesias cristianas. Los hay ministros y no ministros. Son ellos y no el apóstol, la razón de la presencia divina y sus bendiciones en La Luz del Mundo. Ellos justifican el amor celestial volcado también en esa iglesia que se dirige cada vez más en sentido contrario al verdadero cristianismo.

No hacen ellos a esta iglesia única ni verdadera, pero son tan únicos y verdaderos para Dios como cristianos, como lo son todos aquellos que con sinceridad le buscan por todos los confines de la Tierra.

Inocentes por ignorancia, convencidos por Cristo, sencillos en su práctica y amantes del bien. De no ser por ellos, relativamente pocos, La Luz del Mundo no tendría ninguna joya divina, ni bendiciones que le hicieran verse cristiana, aunque subiera su número de apóstoles a 12, tuviera los templos más grandes del mundo, y una presencia como cualquier compañía norteamericana transnacional por toda la Tierra.

Sin embargo.
La fe ciega es a prueba de luz.