Y el ídolo… 49 años después

Por Nathán Adonirám

En alguna parte de la historia de LLDM va quedando el recuerdo de Eusebio Joaquín, quien fuera el creador de la peculiar asociación religiosa conocida como Luz del Mundo (LLDM).

Aún recuerdo, como cuando escribí una sencilla crónica de un 9 de junio, toda la parafernalia de los días de Junio en que visitábamos la tumba de don Eusebio “Aarón” Joaquín, para honrar su memoria y cantarle “qué dicha siente el alma venir a saludarle”. Mientras mi lógica cristiana apenas desarrollada me preguntaba: ¿le estamos cantando a un muerto?.

Antes era ir a saludar al muerto a la tumba el día de su fallecimiento, y cantar himnos de “duermen” y recordar que Aarón está “en la gloria”, aunque nuevamente la lógica bíblica me recordaba ese versículo que dice “nadie ha ido al cielo sino aquel que vino del cielo”, cuando Samuel decía que su padre ya estaba en el cielo.

¡Y esas largas jornadas de espera! Los coros cantando en el jardín del huerto, y nosotros llegando lo más temprano posible para alcanzar un buen lugar desde donde pudiéramos ver a “su siervo”. Por la tarde noche, la velada luctuosa. En ella se honraba a Aarón (no sé si hoy habrá), en medio de los engolados discursos pagados a René Rentería y como fondo musical una “orquesta” formada de músicos hueseros (contratados por un evento, ajenos todos a la “comunidad”) y el “monumental” coro de Guadalajara, (con 40 miembros seleccionados lo único monumental era el ego).

Hoy parece que ya cambiaron el día 10 por el 9. El nuevo apóstol celoso del recuerdo de su padre -junto con los serviles achichincles que le adulan- apoyan la idea de que el tiempo de administración de Aarón no es presente. Todo lo que se haga ahora debe honrar al apóstol ” de esta era”, de “este tiempo de salvación”. Por ello, ya cada vez son menos las alabanzas y tiempos para recordar a Aarón, ya que no es un secreto que para muchos miembros fieles “tiempos antiguos fueron mejores” y “antes la doctrina no era así”, aunque desde los “príncipes” hasta el último de los fanáticos seguidores de Samuel insistan que la doctrina “es la misma”.

Y ya no la lógica, sino es el Espíritu quien me decía en esos momentos: ¿creen que somos estúpidos o qué?.

Hoy la dominical la inició Uzziel Joaquín (si estoy mal por favor hermanos de LLDM corríjanme), con eso de que ya no le pongo tanta atención a los espectáculos del becerro dorado de LLDM, me cuesta poner el ordenador desde que inicia el show. Me guío por las notitas de Berrea. Y todo por compartirles un poco de lo sucedido a nuestros lectores hermanos, ya que todo esto nos ayuda mucho, por ejemplo, a recordarnos de dónde fuimos sacados y a donde jamás debemos regresar. Comprensión que nos hace vivir cada día más agradecidos para con Jesucristo por su Gracia mostrada.

Me tocó oír las palabras de Leandro Ramírez, uno de los pastores más déspotas y corruptos que tiene LLDM. Con un flequito blanco en su frente (que parecía un peluquín sacado de alguna película de Mr. Bean) a duras penas lograba hacer comprensible un discurso no escrito, ni ensayado. Balbuceaba frases pletóricas de idolatría a su becerro entre las que sobresalieron “debemos pleitesía al apóstol” subrayando que todo se lo deben a él.

Y ya ni me asqueo. Cosas más aberrantes se escuchan en cada culto de LLDM.

Luego las palabras de Daniel Estrada fueron por el mismo estilo, ya saben, pura herejía apocaliptiquera. Si tienen dudas mis queridos lectores, anímense a asistir a una de sus funciones. Aunque también les sugiero verla por internet, me gustaría evitarles tanto asqueo a los que dicen profesar el cristianismo.

Después de Uzzi (para los cuates), me dirigí al baño a hacer mis necesidades. Pero entonces comencé a oír los gritos desaforados característicos de las “Santas Cenas” y pensé que Uzzi ya estaba copiando el estilazo de su hermano, pero no fue así, precisamente, Naasón tomó el timón y siguió con el aquelarre idolátrico. Minutos después, entre la euforia de sus fieles entró Samuel, seguido por su hijo Benjamín Joaquín. Así, se completó la triada de “príncipes” que dirigieron la fiesta.

Al entrar, Beny seguía muy de cerca a su padre, pero con la cabeza completamente agachada. Con eso de los protocolos de LLDM uno ya no sabe qué pensar. ¿Sería la nata humildad de Benjamín lo que le hacía actuar así? o ¿ ya es protocolario que las personas que están al lado del Becerro deban permanecer agachadas o acercarse de manera que no compitan con la presencia suprema del ídolo? Voto por lo segundo. Aunque falta una tercera: parece que le cuesta trabajo caminar a Samuel, es posible que el primogénito de Samuel estuviera cuidándole los pies. Se los dejo a consideración.

El pelo ha logrado lo que ni Dios había podido: El acercamiento de las cámaras. Lamentablemente tanto ungimiento y tanta elección y siglos en el pensamiento divino y el portento de levantar una iglesia en plena tierra cristera, no pudieron lograr que el pelo creciera más rápido de lo normal en circunstancias cancerígenas. Por ello, debimos esperar varios meses para las aproximaciones de las cámaras en las escenas apostólicas. Aunque algún “perverso” fotógrafo de Milenio colado hace dos años logró compartirnos una imagen del anterior look del sumo pontífice de le Hermosa Provincia.

Ya con pelo, se dirigió al altar. Parece que para que no subiera escalones, la pasarela evitó la escalinata al coro. Y ya desde su lugar real apostólico, Samuel se dirigió a sus fieles reunidos en Hermosa Provincia y en los países donde más que presencia, cuenta con algún fanático con conexión a la red.

¿Qué fue lo que dijo?.

Bueno, nada del otro mundo que no hayamos escuchado antes mil veces. Que la elección que Dios hiciera en él, que Jeremías 1:5, que es una bendición, que un pensamiento espiritual, que el ungimiento, etc. etc. y etc. Amén de que estaba muy contento y feliz y por supuesto, las trilladisísimas frases lamentosas “aún en mi debilidad”, “a pesar de la enfermedad” etc, etc. y laaaargos etcs.

Increíble. Invitó a la iglesia a tomar asiento. Me dije: ¿va a dirigir palabras a la iglesia? Mmmm… ¡no lo puedo creer! ¿será que esta vez le compartirá a su grey palabras insondables de las que habla con Dios antes de leer El Occidental? ¡Tiene rato que no lo hace!. Bueno, de hecho, nunca. Aunque para sus seguidores, las palabras de Samuel están llenas de “sabiduría insondable” aunque se la pase solo hablando de su enfermedad y dando lástimas.

Igual, se sentó el pueblo y comenzó la disertación. Pero igual, exactamente lo mismo. Las mismas palabras lamentosas, las frases chillantes de que aún con la enfermedad seguirá cuidando, “aunque sea a un ladito”, “aquí estoy para los que se quieren reír”, “Dios me ha sacado adelante”, “para los que quieren burlarse”, y luego dirigirse a la iglesia para agradecerle que “cuiden, que vean, que velen por él”, además dijo que si estaba ahí era por su iglesia. Ya saben, ahora Samuel depende de su iglesia y su iglesia depende de él. El círculo se cerró. Círculo donde por cierto, creo que se habrán dado cuenta, Jesucristo no está.

Jesucristo es solo una palabra que viene y va en los discursos. Jesucristo ya ni es un nombre propio en LLDM. Salta de una boca a otra sin respeto, sin espiritualidad, sin reverencia. Jesucristo no ocasiona ninguna reacción espiritual en los fieles de LLDM. Samuel lo es TODO, lo llena TODO. A su paso los hombres, las mujeres caen en “bendición”. Hablando en lenguas que dado el ídolo, dado el culto, el becerro, no pueden ser de Dios.

Sin hablar ni siquiera un minuto de verdadera doctrina cristiana, Samuel se aleja de su trono pontificio del templo sede, vestido de oscuro entre sus fieles vestidos de blanco. Mientras los coros le cantan himnos donde reconocen su amor, su trabajo, su valor, y su presencia indispensable para su salvación.

Así, terminan su discurso apostólico sin apóstol. Un conjunto de frases lamentosas sin sabiduría, sin ciencia, sin Dios para su pueblo. Un niño de cualquier iglesia evangélica cristiana podría fácilmente darle clases de cristianismo a este supuesto ungido. Pero a él no le importa lo que piense el mundo real, porque en su mundo ficticio, irreal, no cristiano, el es apóstol aunque los hechos y la Biblia demuestren lo contrario.

Los fieles salen con sus rostros bañados en lágrimas. En un estado catártico donde han descargado sus penas y compartido sus alegrías con el ídolo. Felices. Sí, felices henchidos durante tres horas de algarrobas que confunden con las perlas. Llamando a las herejías “alimento” y hartándose de ellas.

Ahora, 7 años después lo veo todo a través de una pantalla. Ya no hay más nueves ni dieces de Junio. Ya no hay esas madrugadas para ver al ídolo. Ni largas esperas para saludarle ni para cantarle cantos como si fuera Dios. Doy gracias a Dios que todo ello ha terminado.

Y nosotros, los sobrevivientes de tan dantesco cuadro. Y a los que nos leen y que no han doblado sus rodillas ante este moderno Baal, les invito a que éste espectáculo siempre nos genere un espiritual pensamiento:

“Oh Señor, solo a ti se ha de adorar”.