¿Cumpleaños de bendición?

Por Martín Lutero

Estos son días de pleno apogeo de las explicaciones sobre la honra a los siervos del dios de La Luz del Mundo. Ya en las dominicales de las congregaciones, sobre todo en México y Estados Unidos los ministros y los miembros repetidores han pasado semanas enteras hablando, invitando, exhortando y solicitando generosas ofrendas para la celebración del cumpleaños de quien ellos consideran el hombre más importante de toda la Tierra: su apóstol Naasón Joaquín García. Pero, ¿en qué parte bíblica los hermanos luzmundanos fundamentan esta celebración y los actos que en ella se llevan a cabo? Esta y otras cuestiones serán expuestas en el siguiente artículo.

Los cumpleaños del abuelo fundador Eusebio “Aarón” Joaquín.

El origen

Me volví y fijé mi corazón para saber y examinar  e inquirir la Sabiduría y La Razón, y para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error. Eclesiastés 7:25

La fantasiosas narración hecha por el hábil orador René Rentería en el Libro “Historia de la Iglesia Cristiana” (LLDM) dice lo siguiente en la página 211:

Así comienzan las celebraciones de los cumpleaños de la familia de “apóstoles” de La Luz del Mundo. El mismo René narra que antes de ello, sólo se celebraba en familia antes de 1942 y, que posteriormente comenzó a celebrarse de manera colectiva. No fue Aarón quien lo solicitó. Fue un deseo nacido en el corazón de sus mismos pastores. René cita tiernas y devotas palabras que surgieron de los “santos” labios en los que únicamente invitaba a adorar a Dios y agradecer por la existencia y la creación. Después de la de cinco, según René, pasaron a un convivio sencillo en que participaron un grupo de niños y las hermanas diaconisas de aquel entonces. Al enterarse la iglesia, acudieron con muchas flores que, cuyo perfume, según la historia: “trascendía cuando por la puerta abierta corría una ligera brisa estival, aire de húmeda mañana veraniega”.

Ese fue el inicio de las grandes celebraciones de cumpleaños que conocemos en la Luz del Mundo.

Pero ¿cómo pasaron a ser lo que hoy conocemos? De sencillos desayunos donde se cantaban himnos a Dios y se daba gracias a Él por la vida, a himnos donde el Creador es suplido por su creación y en los cuales se dan toda clase de excesos claramente prohibidos en las doctrinas joaquinistas primitivas? Los himnos de honra, las alabanzas a su trabajo, las ofrendas para celebrar el onomástico comprar generosos regalos para el ungido del Señor, la visita de los hermanos de otras localidades del país se sumaron progresivamente a la celebración.

Así, un día el hermano Aarón decidió que, ya que tantos hermanos iban a verlo en su cumpleaños, en ese mismo día se celebrara la Santa Cena. Y él mismo, tal como lo narran los pastores que lo vivieron, Aarón dijo que él “pasaba” la honra que  daban a su persona, a Dios. Y de esa manera justificó la celebración anual de la Santa Convocación en el día de su cumpleaños. Por supuesto, el hermano René no hace alusión al punto, sólo al desastre de la unidad espiritual ya quebrantada desde antes de estas celebraciones, la separación de las iglesias que posteriormente vendrían a formar la iglesia El Buen Pastor.

Efectivamente. Algunos ministros de Aarón liderados por José María González y Domingo Vega ya advertían prácticas incorrectas en esta recién fundada Luz del Mundo separada de la IECE (apenas 9 años antes). Y decidieron hablar con él, tal como el mismo José María y otros testigos narran en su propia voz: https://youtu.be/vSR__PxCghk?t=20m35s

Según los disidentes, la prácticas de honra al hermano Aarón eran prácticas de idolatría. Y el cumpleaños era la gota que derramó el vaso. Ya desde 1942 había fieles que podían ver la magnitud de la idolatría que se avecinaba y decidieron apartarse. Al morir Aarón, el aaronismo dejaba como herencia que la Santa Cena se celebrara el día del cumpleaños del abuelo del actual líder del luzmundanismo, y además muchos himnos dedicados en su honor compuestos específicamente para honrarle sobre todo, en el día de su cumpleaños. Inició entonces la tradición del día del “saludo”. Posterior a la oración matutina el día del onomástico, todos los fieles pasaban a besar el dorso de la mano del apóstol, con palmas y regalos en sus manos mientras los coros cantaban himnos de alabanza a Dios y de honra al líder espiritual, en este caso, Aarón.

Cumpleaños en el Samuelismo

Al igual que sucede actualmente, aunque no con la misma rapidez. Samuel Joaquín, hijo de Eusebio no celebró sus cumpleaños al principio de su administración. En sus propias palabras narró en alguno de sus cumpleaños de cómo los hermanos no le celebraban su día, sino que fue, hasta que “Dios pusiera en los corazones de los hermanos” el sentir de festejarlo, cuando se llevara a cabo. Basados en el versículo 2 de Corintios 10:15  que dice “no gloriándonos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino teniendo la esperanza de que conforme vuestra fe crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por vosotros”.

Los hermanos pastores de LLDM quisieron continuar con las celebraciones de cumpleaños ahora de Samuel, su nuevo “apóstol”. Mismas que iniciaron en el edificio del comedor Herem, ubicado cerca de la glorieta a Juárez, en la Hermosa Provincia. Sólo dejaron transcurrir cierto tiempo para poder reiniciar con los preparativos para la celebración. Samuel, por supuesto, permitió que los pastores continuaran. Mientras tanto, progresivamente se fueron sumando a los festejos familiares los pastores de confianza, después, las iglesias de los pastores de confianza y poco a poco todas las iglesias del país y el extranjero. La fecha, 14 de febrero. Al principio sólo era voluntario. Después, “un deseo de Dios”, acudir, honrar, y regalar sin medida al Siervo del Señor.

La Biblia y el onomástico de los Joaquín

El texto citado:“no gloriándonos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino teniendo la esperanza de que conforme vuestra fe crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por vosotros”. En los templos los ministros fundamentaban la celebración en versículos como este. Una seria crítica a la falta de fe de los separados de El Buen Pastor, quienes se habían ido “por envidia”, porque no recibieron en su corazón al apóstol Aarón y, porque sencillamente, Dios no había hecho la obra en sus corazones. Pero, (decían) la honra y reconocimiento que hacían los hermanos sinceros a la persona y obra de Aarón en su tiempo, era producto de una fe, aún no madura, por lo tanto, el tamaño de las obras, la cantidad de las ofrendas, los himnos de honra, los sacrificios para regalar o asistir al cumpleaños, era producto de una fe. “Del tamaño de tu fe, sería el tamaño de tu sacrificio”.

A lo mejor no podías asistir, pero sí cooperar para un regalo digno de un apóstol en el mes de febrero. Según su comprensión, el apóstol debe ser engrandecido con honras, pero eso depende de la fe que tenga cada quien. Así, comenzó la competencia de los fieles para ver quién tenía la fe más grande.

Y así comenzó el caos.

Lo que en un principio eran cantos de alabanza a Dios y Jesucristo, seguidos por un sencillo desayuno pasó a ser un derroche de idolatría progresiva. Vinieron las comidas abundantes de los mejores platillos, los cantos durante la comida se suplieron por las canciones y apareció lo que en LLDM se considera pecado: el baile. Al principio bailes folclóricos y después, los bailes de moda, imitaciones burdas o buenas de cantantes famosos. Todo aquello que la doctrina legalista de los Joaquín consideraba pecado, de pronto se santificaba: las mujeres bailando hawaiano semidesnudas, las edecanes entalladas, las canciones con temas de antivalores cristianos, música moderna, bailes modernos y, en un alarde de fe madura, la presencia de cantantes famosos del “mundo”. Y todo, todo, porque Dios así lo quería: honrar a Su siervo.

Todo fue nada para celebrar a Samuel. De la colonia se pasó a celebrarlo en una enorme bodega que antes sirviera como taller para la construcción del templo sede. Otro de los versículos para justificar el derroche de honra era el siguiente:

Además de esto, Salomón tenía cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil jinetes. Y estos gobernadores mantenían al rey Salomón, y a todos los que a la mesa del rey Salomón venían, cada uno un mes, y hacían que nada faltase. Hacían también traer cebada y paja para los caballos y para las bestias de carga, al lugar donde él estaba, cada uno conforme al turno que tenía- 1 Reyes 4:26-27

Ya hemos comentado en este mismo sitio, que los hermanos luzmundanos consideran a su apóstol un rey, un mesías, un patriarca y sacerdote. Por ello no debe extrañarnos que usen versículos que les sean útiles indistintamente. De esta forma es como justifican las ofrendas y sacrificios en honor al líder actual y como se justificaron en su tiempo a Samuel. Todas las iglesias se entienden como tribus de Israel, y el Joaquín en turno, como el rey de Israel espiritual. Así, todos deben cooperar para las celebraciones del cumpleaños.

Al principio eran ofrendas voluntarias, pero, posteriormente pasaron a ser cuotas producto de una cantidad determinada que costaría el evento, dividida equitativamente entre todas las iglesias. El “lote” se vestía de tianguis para tal acto. Una mesa principal, invitados especiales, políticos (sobre todo priístas) y personajes importantes conocidos de Samuel de la sociedad tapatía atendidos por los mejores meseros de la iglesia y las señoritas de mejor ver, escogidas para tal motivo, perfectamente maquilladas y vestidas “mundanamente para la ocasión”. Sentados a la mesa, los ministros, servilmente servidos por los fieles de la iglesia a quienes les había tocado la “bendición inmensa” de atender a la clase religiosa privilegiada.

Los eventos artísticos ofrecidos en honor del rey de LLDM podrían escandalizar a muchos. Por ello la entrada el día 14 era reservada sólo a los que tenían la fe suficiente para entenderlo. Mientras, afuera, cientos de hermanos sólo oían la música y se morían de ganas por estar presentes. Cada estado y país ponía su puesto de comida y artesanías locales para que Samuel, su familia e invitados pasaran a tomar algo de ahí. Lo que sobraba era para los ministros de menor rango y sus familias. Al final, los miembros que estaban presente y habían podido colarse, generaban un total desorden por conseguir algo de la comida de los puestos y algún recuerdito que llevarse.

Entonces, Samuel decidió poner otro día más para celebrar con su iglesia. Día que más tarde sería para invitación exclusiva de los coros y con quienes comenzó a haber un notable orden. Samuel justificaba no invitar el día anterior (14) a la iglesia, porque habría actos que, por la fe no madura de ella, podría escandalizarle. Por ello, a principios de la década pasada dijo, que al igual que Job, él, como siervo de Dios, ofrecería una plegaria para pedir perdón para sus hijos en la fe, que, por descuido, “hubieran pecado” en ese “permiso” que él daba para llevar a cabo actos que, en su momento, eran declarados como “pecado”.

Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Job 1:5

El día 14, el pecado se “santificaba”, y, obvio, los seguidores del apóstol, se la creían. Y entonces, se oficializó en secreto el regalo más valioso que toda señorita posee en su haber. Al tomar el mando del llamado “ministerio del ceremonial” el hijo más obeso de Samuel, el lote y el cumpleaños tomó otra dimensión. La Dirección General le dio carta blanca para la solicitud de recursos de todo tipo para honrar “adecuadamente” al que Dios ya había honrado (frase clave fundamento de esta fiesta para nada espiritual) y el lote dio un giro de 180 grados.

Escoger un tema, como en las fiestas de los niños, un país, una cultura y elaborar complicadas escenografías, obras musicales y bailables de primer nivel para el onomástico del apóstol-rey. Todo se justificó. Aún los símbolos paganos de la cultura egipcia, hindú y japonesa. Las geishas aparecieron para adornar el templo, los samuráis, los faraones, los bailables paganos hindúes, el escudo alado solar y el buitre. Los espectáculos multimedia de luz y sonido. Todo en dos días de celebración en Guadalajara, que se sumaban a las celebraciones en su honor organizadas por sus hijos en el extranjero. Y la iglesia paulatinamente fue perdiendo la vista.

Después, Samuel, el mesías

Después de justificar al Joaquín en turno como rey, sacerdote, patriarca o apóstol, era el momento de pasar a un salto gigante en el crecimiento de la fe de la iglesia: reconocer al ungido, como se le reconoce a Cristo. Entonces, surge el discernimiento: “Si Cristo está en su apóstol, entonces, Cristo quiere que le honremos como a Él mismo. ¡Hagámosle entonces, honrémosle exactamente como honraríamos a Cristo!” ¿No dice acaso la Escritura “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”?

“Entonces, compremos un perfume caro como aquella mujer que lavó los piés y los enjugó con sus cabellos. Sirvámosle con nuestros bienes. No nos aparezcamos ante él con las manos vacías” (Deuteronomio 16:16). Ya desde recién llegados de Guadalajara en agosto, comenzaban los preparativos para la fiesta en muchas iglesias. Ensayar bailables, adquirir trajes, carísimos disfraces, cooperaciones, canciones, uniformes, realizar ofrendas generosas.

Muchos ministros aprovechaban para pedir a los hermanos de mayores recursos dinero para comprar trajes, perfumes, zapatos de corte europeo dignos del rey. Aunque, por supuesto, no siempre llegaban a su destino o esas ofrendas no eran utilizadas precisamente en ello.

Con el rey Joaquín se tiene a Cristo.

“Cristo está feliz de ver cómo honramos a su apóstol. Por ello, ¿no debemos alegrarnos de su nacimiento?” (Lucas 1:14). El culto de adoración  de aquella mañana de 1942 con pequeños tintes idolátricos pasaron a ser un culto craso a la persona-dios de Samuel en sus últimos cumpleaños. Se celebraba así, ahora, al dios por el cual se tenía vida y al que se le debía todo. Joaquín suplió aún hasta en la Biblia a Jehová, el Dios Creador y La Luz del Mundo pasó de ser una iglesia de corte medianamente cristiano a ser oficialmente el luzmundanismo que hoy conocemos, una iglesia que da culto a las criaturas antes que a Dios.

Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Romanos 1:25

Conclusión: Lo que veremos en el naasonismo de la Nueva Era

Hoy, La Luz del Mundo ha perdido mucho de la doctrina cristiana traída de la IECE y se ha transformado en algo muy diferente. Y ¿qué es lo que se puede ver este mes de mayo en la celebración del onomástico de Naasón Joaquín? Pues, exactamente lo mismo pero a mayor grado: el culto a la persona del líder, en todas las maneras posibles.

Los “compositores” de moda han trabajado arduamente para generar los himnos más “hermosos”, rimbombantes y rebuscados que hablen de la “grandeza”, la “belleza”, la mirada, la “ternura”, el “amor”, el “trabajo”, la “elección” y la divinidad disfrazada de Naasón. El ceremonial ha preparado a marchas forzadas con meses de anticipación un grotesco espectáculo con escenografía de mal gusto, vestuarios, bailables de primer nivel para esta inolvidable celebración. Los ministros de todos los lugares con posibilidad de asistir con mucho tiempo, arengaron en los púlpitos para convencer a la grey de asistir u ofrendar generosamente, aún más allá de sus fuerzas con la promesa de “a los que bendigan, bendeciré” para ser como la mujer que derramó el perfume caro en los pies del Maestro.

Y no hay sacrificio que no valga. Aún a costa de sus propias vidas ¿no dijo aquel profeta a la viuda que ya no tenía más que una ración para comer ella y su hijo, “dame primero a mí”?

Cuando escribo estas líneas, tengo la impresión que debería citar textos continuamente para mostrar la falsedad de todos estos actos y todos estos absurdos y heréticos pensamientos, pero, ¿de verdad es necesario? Todos ellos son heréticos sin razón en su esencia. Absurdos.

No es coincidencia que no existan versículos que hablen de la celebración de cumpleaños de ninguno de los apóstoles. Ni que se les dedicaran himnos de honra ni cultos en su honor, ¡mucho menos que se les reconociera como intercesores, mediadores o salvadores! Todo lo contrario. Todos los apóstoles y hermanos de la iglesia primitiva dejaron palabras, frases y testimonios de su reconocimiento único a Jesucristo como todo en todos. Y no sólo eso, sino que mostraron en todo momento que el único que merece toda gloria, honra y alabanza es, precisamente Dios. 1 de Corintios 15:28.

El único versículo con el que despido esta publicación, es uno que es la respuesta al porqué de la existencia de estos sin razones, uno que explica sin rodeos cómo es posible que tantos miles habiendo conocido a Dios aunque sea de lejos, pueden permitirse vivir semejante desvío:

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen – Romanos 1:28