Abriendo las ventanas

Abrir las ventanas es la mejor parte del día.

Veo el jardín, la luz a través de las hojas de los árboles. El cielo azul despejado, montañas a lo lejos. Verde vivo, brillante. Oigo las aves cantando, y a lo lejos el barullo de la gente hablando. Autos moviéndose. El aire fresco ligero que atraviesa la ventana me da en la cara. Huele a Dios, huele a amor,  huele a Vida

Me solazo con las maravillas de la Creación. Como dijo el salmista:

Tu haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
Salmo 65:8 

Sea que salga el sol, que llueva o que haga mucho frío. Siempre bendigo a Dios por lo que me da.

Después de asearme, me dirijo a desayunar. Qué gratificante es el olor del café y la luz que entra hacia el comedor. El bebé a un lado, en su periquera listo para compartir conmigo el desayuno. Lo abrazo, acaricio su pelo, me dice ¨papá”, mis ojos se iluminan, sonrío. Un tierno beso en mi mejilla me hace sentir que soy el papá mas feliz del mundo. Un abrazo a la esposa, los buenos días. Los niños grandes vienen, me saludan y se sientan conmigo a la mesa.

Compartir la mesa, los alimentos con la familia. ¡que cosa tan bella!

Oramos. Después hablamos de su escuela, de la vida, de cómo vemos las cosas y de Dios. Es muy importante que al salir de casa vayamos con la conciencia del temor de Dios en los corazones. Disfrutamos de un rico desayuno, a veces sencillo, pero siempre es una bendición de Dios que hay que valorar y agradecer todos los días.

Pero una cosa es diferente. Ya no asistimos a LDM.

Vivimos muchos años en ella. Herencia de mis padres conversos del pentecostalismo. A veces feliz, a veces no tanto. Todo lo que ya hemos expuesto en demasía. Pero siempre que pensé en abandonar la iglesia por la certeza de lo incorrecto, me venían las dudas sobre el futuro. Nos dijeron que NO seríamos felices, que NO hay salvación fuera, que seríamos castigados con lo que más amamos: nuestros hijos, advertencias de que andaríamos como nubes sin agua. En fin, todo lo que podemos leer en los mensajes de los  que escriben para defender a LDM.

Pero no es así.
Personalmente quiero darte testimonio. Las cosas no son así.

Mi salida de esta iglesia no obedece a escándalos, ni a daños que pudieran haberme hecho en ella, mucho menos a glorias que buscara. Por el tiempo que pasé en LDM, siempre me fue claro que las cosas no estaban del todo bien y aún así proseguí. Pero llegó el momento  en  que consideré que ya no adoraba a Dios como debía. Y me dí cuenta que aún con mi sola presencia, avalaba el hurto de la gloria que solo a Dios le corresponde, el cual se practica de manera cotidiana en LDM. 

Hay una tierna promesa de Dios, que me bendice y me ministra tremendamente cada vez que la leo:

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:10

Al principio, no lo negaré, lloraba cada vez que analizaba el engaño del que fui objeto y lamentaba haber involucrado a mi familia, porque sabía que habría sufrimiento también por parte de ellos. Mis hijos tienen amigos ahí, estaban en el coro, pero afortunadamente mi esposa jamás permitió que asistieran a los estudios donde a los niños se les adoctrina para amar sobre todas las cosas al Apóstol.

Pasé noches analizando la decisión. Ella desde antes ya había decidido y había dejado de asistir. Pero a mi me costaba mucho trabajo.  Me deprimí. Durante ese lapso de depresión cambiaron muchas cosas en casa. Y dejé de ser el mismo con los hijos. Me desconsolaba porque no sabía a donde acudir por un consejo.

Fue en ese entonces que alguien me invitó a orar con todo mi corazón y a empezar a profundizar en la Palabra de Dios. Y el consuelo llegó de parte de Dios, el padre de toda misericordia y de consuelo. (2ª de Corintios 1:3)

No fue fácil con los hijos. Una de ellas me dijo cuando comenté acerca del rumbo que tomarían nuestras vidas, ¨no me digas nada, primero me enseñas a estar aquí, y ahora que siempre no¨ . Situación que con oración, con un buen ejemplo y la ayuda de Dios pudimos superar.

Muy importante fue que gracias a Dios, para mis hijos siempre hemos sido un ejemplo como padres en todo lo que podemos, del esfuerzo que debemos manifestar como cristianos. Ellos saben, y confían que sabemos lo que es correcto.

Todo comenzó tiempo atrás leyendo la Biblia. Siempre me daba luz en esto. Pero cuando lo hacía, como un video pasaban en mi mente todas aquellas cosas contrarias que practicábamos en LDM y que se contraponían a lo leído. Cerraba el entonces de inmediato el Santo Libro y continuaba mi vida.

Pero Dios no me dejaba. Insistía por todos los medios posibles en su plan para conmigo. Con el tiempo fui dejando poco a poco de dudar del futuro, de mi decisión de cambiar de iglesia. De buscar un espacio de verdad cristiano y dejar LDM, con toda mi familia y con todo lo que ello significaría.

Hoy me queda muy claro y estoy completamente seguro que Jesús tiene un plan para mi y mi familia. No tengo de más, tengo lo suficiente, estando Dios conmigo no me hace falta nada.

¿Hablar de las cosas negativas que conozco y que viví en LDM? ¡No!  quiero predicar, compartir a Cristo, anunciarlo a quien quiera oir. ¿Altercar? tampoco. 

Cuando Cristo me hizo sentirlo y después de tantos años lo acepté verdaderamente en mi corazón y nací de nuevo, cuando entendí lo que hizo por mí en la cruz del calvario, entonces el ocupó todo mi corazón y comenzó a transformar mi vida. No hay lugar para nada más. Todo lo llena Él.

Para ti que me lees y que a lo mejor estés pasando situaciones duras y difíciles, por ejemplo que los que decían ser tus amigos de toda la vida te dejen por salir de la iglesia. Que tus padres te prefieran muerto a saberte fuera de ella. Y el estado psicológico que sin querer padecemos, cuando la verdadera Palabra de Dios nos confrontaba y entonces comenzamos a desconectarnos de la máquina que produce una realidad inexistente en LDM. 
Pero no estás solo. Al igual que Elías en el desierto. 

El creía que era solamente uno el que había quedado de los profetas de Dios que no se habían arrodillado ante Baal. Eso le hacía sentir desconsolado. Pero la divina respuesta le confirma, que había 7 mil más que no se habían arrodillado frente al ídolo, ¡Que confortación debió sentir Elías con aquella noticia!.

No importa cuántas cosas te puedan decir por estos medios electrónicos o personalmente la gente fanática de LDM (también hay gente respetuosa y tolerante, como en todas las iglesias). Lo que importa es lo que TU CREAS. Lo que sientas, lo que sabes. La felicidad que puedas tener no depende de lo que otros digan sino de tu relación PERSONAL con Dios. Ten paciencia, Dios te tiene de Su diestra y te llevará de la mano. No tengas temor.

Algunos ya asistimos a alguna congregación evangélica, con la vergüenza de acordarnos que antes las considerábamos “falsas”. Hoy, ya despojados de la basura mental por tanto tiempo almacenada, podemos disfrutar con nuestras familias de reuniones cristianas ricas en muchos sentidos. Hoy podemos gozar de la Alabanza y Adoración, de levantar nuestras manos, de entrar en esos momentos en la misma presencia del Señor. ¡Cómo deseáramos ver allí a algunos amigos nuestros, a nuestros padres, o a algún hijo tal vez. Y de repente nuestros ojos se opacan por breves momentos. Pero el amor de Dios los hace brillar de nuevo y volvemos a sonreír.

Aprendamos que Dios es el Soberano. Reconozcamos que El tiene todo bajo control, que todo está en sus manos. Absolutamente todo. Y que Él sabe los cuandos, los comos, los porqués.

Si aún sientes dolor, inseguridad y estás en la brecha difícil de caminar hacia la libertad en Cristo. Ten confianza. Espera en El todo el tiempo, derrama sobre Él tu corazón y confía que es tu refugio. Olvida las limitantes que te enseñaron. Tira esos lastres que aún llevas sobre tus hombros. Dios está ahí contigo, sin reservas, sin condiciones. Con un poco de tiempo y paciencia podrás notar que nunca estuviste solo, que todo el tiempo El te tuvo en sus brazos, que te cargó en sus hombros. Paso a paso, igual que se enseña a un hijo a caminar, Cristo lo hará contigo.

Ahora debo ir a trabajar. Me voy muy contento, he visto a mis hijos, compartí con mi esposa, salimos todos y vamos contentos. Disfrutaré en el auto el camino a la oficina. Mas tarde juntos iremos a dar gracias a Dios. Le oraré, le cantaré solamente a Dios de nuevo y seguiré siendo feliz con mi familia.  Muchas cosas pueden ser no seguras, pero una sí lo es: Dios está conmigo y también contigo. Solo abre los ojos con fe y lo verás.

Abre tus ventanas, respira, ve el maravilloso sol, deja que el aire te golpeé en el rostro. Hoy mas que nunca por nosotros, por nuestros hijos, por todo…

En Cristo, vale la pena vivir.