¿Una nueva Biblia para el cristianismo?

¿Samuel es más que la Biblia?

El apostolado que se ha generado en la Luz del Mundo (LLDM) es radicalmente diferente al bíblico. La doctrina que sostiene una elección divina en esta asociación religiosa ha evolucionado a través de los años, desde publicitar en sus primeras décadas de existencia un estricto apego a las Escrituras, hasta una postura actual que justifica que el líder no está sujeto a los mandamientos, practicas y observaciones evangélicas del primer siglo. Lo cual por supuesto, permite al apóstol de LLDM una amplia libertad de movimiento y pensamiento. Es decir, Aarón y Samuel llegan a ser apóstoles en la fe de los creyentes basados en algunos pasajes bíblicos y en la ignorancia de los nuevos conversos, pero tan pronto esta fe se consolida, ellos mismos se elevan a una estatura superior a la de la Biblia, proclamándose Biblias vivientes. Y subordinados únicamente a sí mismos, haciendo obsoleta así la Palabra escrita.

Desde este muy particular punto de vista teológico de LLDM, Samuel Joaquín no está obligado a parecerse a ninguno de los apóstoles bíblicos, ni a Jesucristo mismo.

Evangelio camaleónico:
justificando la honra, veneración y adoración

Sin embargo y a pesar de este criterio tan en boga en LLDM, (dependiendo de la necesidad de la conveniencia), los samuelitas siguen recurriendo a la Biblia cuando desean justificar algunas de sus prácticas o prédicas. Sobre todo tratándose de los lujos y honores que recibe Samuel y que según su fe, es obligación darle como producto de una fe que madura. Como si fuera el mismo Jesucristo en vida.

Por ello es común oírles justificar actos de adoración y veneración con situaciones que se dieron en Jesucristo. Si el Maestro poseía una ropa supuestamente lujosa que los guardias sortearon, Samuel tiene derecho a vestir trajes caros, (pero no a ser crucificado).

Si una mujer derramó un perfume caro en sus pies, aquel que se escandalice de lo caro que cuestan los presentes, arreglos y honores que se le dan a Samuel, estará exactamente en la misma posición de aquel que juzgó aquel acto de adoración que se hizo con el Señor. Porque el acto de aquella mujer no fue el trato cotidiano del protocolo que se seguía en esos tiempos con los huéspedes: era un acto de adoración. Samuel tiene derecho a todo acto que Cristo haya recibido, pero no a la difamación, no al escarnio, no al envilecimiento; ya que cuando esto sucede, todo su aparato legal y sus miles de devotos tienen la obligación divina de defenderlo e impedirlo a costa de sus propias vidas.

Cristo quiere que su ungido sea tratado como se le trata a él

En las recepciones que le brinda su feligresía, el pontífice tapatío es recibido con palmas en las manos, con gritos de alegría y con llanto. Con cánticos que incluyen la palabra hossana (sálvanos ahora) y frases como “bendito el que viene en el nombre del Señor”, aplicadas a Jesús el día de su entrada triunfal a Jerusalén como Hijo de Dios, como el Mesías prometido. Todo esto justificado por los samuelitas cuando dicen que la honra que reciben los siervos de Dios, debe ser igual a la que se le da a Jesucristo como orden divina. Y por supuesto, toda crítica o juicio a tales acciones, serán vistas como producto de una envidia más que de un análisis bíblico. Actitud recurrente por el vacío de la sin razón y cerramiento.

Una “biblia” viviente y una Biblia obsoleta

Un evangelio comodín. Extraño.
Cuando hace falta justificar los excesos que hacen a Samuel un anticristo y un falso profeta, se escudan en que los “ungidos” no tiene ley, y que él es más que las Escrituras. Cuando hace falta demostrar que Samuel es apóstol, se recurre entonces a ciertos pasajes aislados y doctrinas tangenciales que no poseen solidez.  Y peor aun, cuando hace falta justificar el honor, veneración y adoración que se le otorga, se justifica con la honra, veneración y adoración que a Cristo se le dio y se le da. No hay forma de justificar únicamente con la vida de los apóstoles, todos los excesos cometidos en nombre de Dios por el líder de los samuelitas. Por cierto, los fieles suelen glorificar a Dios por esos excesos.

Cualquiera que intente razonarlo desde dentro, seguramente se enfrenta a una complicada red enmarañada, tan fácil de desenredar como complicada; dependiendo de cuál es la meta exacta a donde quiere llegar.

Al final, los sectarios verán lo que quieren ver

Es más fácil para los samuelitas justificar y respaldar en los actos de adoración a Cristo la honra-adoración a Samuel, que demostrar por las doctrinas que dice sostener. De ahí a que constantemente defiendan esas posturas y las prefieran comentar, a debatir sobre lo que Samuel enseña y que podría hacer que se le identificara como un auténtico enviado. Al final de esos debates, lo que caracteriza la unción de su pontífice son “millones” de creyentes que dicen ser, las construcciones, una vida de lujos o el derroche de poder político y económico. Nada que no tengan las grandes sectas internacionales con las cuales quieren competir Samuel y su empresa religioso-política.

LLDM no tiene obligación de apegarse al cristianismo

Exigirle a la Luz del Mundo un estricto apego a las escrituras, es pedirle que sea lo que no es. Exactamente lo mismo sucede con el apóstol. Samuel no guarda parecido con los apóstoles primitivos, no porque no se sujete a ellos o mucho menos porque los tiempos hayan cambiado. Sencillamente no se parece porque son cosas distintas, enviados distintos, diferentes tipos de ungimiento y diferentes dioses. ¿Porqué? porque liderean dos iglesias completamente distintas y el Señor al que servían los primeros enviados y al que sirve el pontífice de La Luz del Mundo son completamente diferentes.

Desprendemos de esto las razones por las cuales, a pesar de que se aferra a que es la misma iglesia fundada por el Maestro a principios de nuestra era, la Luz del Mundo es una asociación religiosa diametralmente diferente, en doctrinas, costumbres y jerarquías a la iglesia que se relata en los Hechos de los Apóstoles. Creer que es la misma, es producto de una seria ignorancia bíblica, de cultura general, un profundo desconocimiento de Dios y sobre todo, de estar lejos de Él y carecer por completo de Su pensamiento y discernimiento.

Cuando se conoce la Biblia y se conoce el cristianismo, se comprende cómo puede existir un luzmundanismo

Partiendo de todo esto que comentamos. Ya es posible entender esas posturas del líder que se justifican del tal forma en la secta. Ayer se votaba por el PRI por deseo del apóstol en contra del PAN, y hoy que el PAN está en el poder de la nación, “hay que orar por las autoridades”, mientras se hacen alianzas pactos y acuerdos, con otros partidos que poco a poco van escalando curules en el Senado o ganando posiciones políticas relevantes.

No es inspiración divina, ni mucho menos, que el apóstol permita libre albedrío para votar. Es simple y llanamente que los vientos del poder político en México cambiaron y las nubes donde habita la divinidad que rige a Samuel son movidas por esos vientos. No por nada Samuel mencionó al nuevo alcalde de Guadalajara en su homilía de fin de año. Aunque los fieles que leen y escuchan antes de razonar esto siempre pondrán por delante las frases “nunca he sabido, nunca he oído” y pedirán pruebas; grabaciones, videos, fotografías. Y todas ellas siempre serán cuestionadas de la misma forma que la Biblia misma.

Deja de ser fructífero dialogar con los sectarios, quienes careciendo de solidez doctrinal, siempre recurren a respuestas y razonamientos tangenciales, evasivos. Actitudes lógicas que dieron cierto éxito a La Luz del Mundo en sus primeras décadas de vida, incluido el razonamiento a partir de las Escrituras; razonamiento tan innecesario y despreciable ahora. Hoy se cree a pie juntillas porque “la fe ha crecido”; y no se necesitan bases bíblicas para quien ha entendido la “grandeza” del “apóstol”. Esta madurez nada evangélica ha superado a la Biblia misma. Las sectas siempre nos sorprenderán con sus doctrinas y sus fundamentos, pero sobre todo que hallen la ignorancia bíblica suficiente para al cultivo de estas extrañas e ilógicas plantas anti-evangélicas.

Aterrizando las ideas

Desde el momento en que el líder de toda secta está por encima de la Biblia y la invalida, toda discusión evangélica carece de sentido. Toda plática por llegar a algún razonamiento deja de tener justificación. Entonces aparecen por lógica la supresión de las libertades, la manipulación de la conciencia, la esclavitud de voluntades. Elementos indispensables y características esenciales de toda secta. EL trabajo nuestro es entonces la denuncia de los errores doctrinales, la exposición de los frutos como consecuencia o producto de un pensamiento doctrinal, sin esperar a cambio más que aquello que está en la voluntad de quien es génesis de la vista espiritual.

Y tener los debates necesarios con quien lo pida siempre condicionando como base el reconocimiento a la Biblia como Palabra Inspirada. De ninguna otra manera.

Al fin, nuestra libertad es asunto y competencia absoluta de El.

Señores, con todo respeto.
Juan Carlos Ramírez